lunes, 23 de noviembre de 2015

Empatía y Racismo

Hoy en día, en muchas escuelas y en una misma aula podemos encontrar una gran diversidad de alumnos y de diversas procedencias. Por ejemplo: pueden ser procedentes de Colombia, Perú, Bolivia, Marruecos, Argelia, Senegal, Oriente Próximo (China) e incluso de Europa. Aunque en ocasiones podemos pensar que para ellos el viaje ha sido fácil y que en el país de la llegada son todo ventajas no es del todo correcto esa afirmación. Son jóvenes que tienen problemas de adaptación por su entorno, lengua y cultura. 

En muchas ocasiones nosotros mismos somos los primeros que no estamos concienciados de todos esos cambios. Uno de los relatos que es interesante para los adolescentes, para poder crear una situación de empatía es El hombre de color”. 



También sería interesante ver la opinión de los jóvenes sobre el racismo y creo que una de las frases únicas es la que pronuncio Martin Luther King que dice: “Tengo un sueño, un solo sueño, seguir soñando. Soñar con la libertad, soñar con la justicia, soñar con la igualdad y ojalá ya no tuviera necesidad de soñarlas. ” 

También os dejo un par de reseñas extraídas de un libro sobre como las experiencias de los muchachos en muchas ocasiones no es tan bonita como nosotros pensamos. ¿Cómo podemos tomar conciencia de ello? Y lo más importante ¿Cómo nuestros alumnos pueden aprender de ellos?
La primera es un joven llamado Toño, un chico peruano de diecisiete años que dice: “Allí era diferente, diferente en todos los sentidos. Aquí es todo, es todo mucho más tranquilo que allá. Allá caminas por las calles y está muy peligroso. Son diferentes las casas, que aquí son pequeñas y allá grandes; el transporte, que aquí es con billete y allí se tiene que pagar con monedas. Yo vivía en la calle, pero solamente de tarde y de noche, de mañana estudiaba. Ese barrio era muy malo, por mucho vandalismo! Ya no se podía caminar por la calle! Y, aparte, como yo tenía amigos allí, mi abuela lo que quería era sacarme de allí, sacarme de esas amistades.[1]
La segunda experiencia vivida se trata de una chica llamada Vanessa de trece años que dice: “Lo decidieron mis padres y vinieron, yo me quedé con mis abuelos. Las cosas allí eran complicadas, tampoco me habían explicado nunca el porqué pero era un intento de vivir mejor. A mí no me gustó nada que se fuera. No se, tenía miedo... (Se pone a llorar), era muy difícil porque me hacía mucha falta. Al cabo de un año, mi madre dijo que no aguantaba más sin nosotros y se volvió. Había decidido quedarse con nosotros, pero mi padre había decidido quedarse y una de mis tías se había venido a Barcelona. También tenía en una lista los papeles estos de la residencia y salieron los de mi madre, y fue así y dijo: "Ahora nos vamos todos para allí", entre otras experiencias.
¿Qué pensáis de todo ello?


[1] VV.AA; Jóvenes latinos en Barcelona. Espacio público y cultura urbana. Anthropos Editorial, Ayuntamiento de Barcelona, 2006. P. 38. 

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