A propósito de la película La profesora de historia (Les
héritiers, Marie-Castille Mention-Schaar, 2014), que vimos el otro día
en clase, empecé en el metro a elaborar un listado de títulos que abordasen el
tema de la educación, el aprendizaje, la enseñanza, la relación
maestro-discípulo, la figura del profesor, los alumnos, etc., con sus infinitas
perspectivas y variantes. Me salieron bastantes, pero al llegar a mi madriguera y ojear el
libro de mi estimado Sánchez Noriega —profesor de esta casa— Diccionario temático del cine, entendí
que ya lo había hecho alguien antes que yo, y muy bien, por cierto. Por eso, en
lugar de pergeñar un remake chapucero
(los remake casi siempre lo son), he
optado por adjuntar directamente las páginas del libro. Bien si queréis
reflexionar al respecto, bien si queréis ponerle a vuestros futuros alumnos alguna
película que aborde el tema (corrijo: "temas", ya que es una cuestión poliédrica), aquí os dejo un inventario bastante completo de
películas (¡más de un centenar!) que espero os sea de utilidad en algún
momento. Echadle un ojo porque merece la pena.
Con la venia del profesor Noriega, me he permitido añadir
algunos títulos al listado, amén de la ya citada La profesora de historia, posteriores todos a la publicación del diccionario,
razón por la que no aparecen en él recogidos. Asimismo, seguro que me dejo no pocos en el tintero, por tanto cualquier aportación será bienvenida. Entre las cintas, tres francesas*, La clase (Entre les murs, Laurent Cantet, 2008), Mis tardes con Margueritte (La
Tête en friche, Jean Becker, 2010) y En
la casa (Dans la maison, François
Ozon, 2012); una canadiense, Profesor
Lazhar (Monsieur Lazhar, Philippe
Falardeau, 2011); una alemana, La ola
(Die Welle, Dennis Gansel, 2008); y otra
estadounidense, El profesor (Detachment, Tony Kaye, 2011), sobre la
figura del maestro como referente para los jóvenes, del afamado director de American History X (1998). Y luego un par más, éstas no tan recientes ni centradas en el tema de la educación, pues sólo dedican unas pocas secuencias, pero sí que abordan de una manera tan divertida como singular el mundo de la escuela: filtrada por los recuerdos la una, Amarcord (Federico Fellini, 1973), e impregnada de surrealismo y fantasía la otra, Amanece que no es poco (José Luis Cuerda, 1989).
*Si uno ve el cine francés de los últimos diez o quince años comprueba que el tema de la educación está siempre muy presente. No necesariamente en primer término, sino como tapiz de fondo, siempre tomando la temperatura a la sociedad del momento. Algo que podemos ver incluso en la obra de cineastas de adopción en el país de la baguette, como Polanski, Kieslowski o Haneke (de quien no podéis dejar de ver la extraña y sugerente Caché, 2005).
Y aprovechando que estamos en un máster sobre profesorado y a su vez en la asignatura de Historia, permitidme un pequeño apunte histórico sobre la educación en el país vecino. Si bien el sistema educativo francés fue empleado en el siglo XIX como instrumento de la conciencia nacional, en la segunda mitad del XX se produjo una profunda transformación ligada a los cambios sociales e intelectuales (mayo francés o revolución de 1968, movimientos juveniles), a la extensión en edad de la escolarización obligatoria y al aumento de la heterogeneidad de la composición del alumnado (e incluso del profesorado) por la inmigración y población suburbial/periférica de las grandes ciudades, con un desarraigo y falta de integración social acentuada en la llamada segunda generación. Y así lo reflejan en sus películas, su literatura y su teatro. Me estoy acordando, por ejemplo, de la obra de Yasmina Reza Un dios salvaje.
Todo esto, que los franceses llevan décadas asimilando y debatiendo, y cuyo cine refleja estupendamente, en nuestro país suena todavía a ciencia-ficción.
SÁNCHEZ NORIEGA, José Luis (2004), Diccionario temático del cine, Madrid, Cátedra, pp. 175-181.